

Virgen de los 3 Cerritos
Virgen del Cerro en Salta
La Ermita construida en honor de la Santísima Virgen María bajo la advocación de INMACULADA MADRE DEL DIVINO CORAZON EUCARISTICO DE JESUS, se realizó con el trabajo de servidores y de peregrinos que concurrían al lugar.
Una vez obtenidos los permisos correspondientes para llevar a cabo la construcción, se comenzó con la misma el primero de mayo de 2001, fecha en la que se construyó la base en la que se instaló una cruz de madera donada especialmente para ese fin. A partir de esa fecha comienza el rezo del Santo Rosario los días sábados por la tarde, oportunidad en la que suben cada vez más peregrinos. A esos días se le suman peregrinos que suben a visitar el lugar los días de semana, haciéndolo por un sendero peatonal construido para acceder al lugar, desde la base del cerro, recorriendo 1500 metros y subiendo 500 metros de altura para llegar a la cima del cerro más alto próximo a la ciudad de Salta, en el barrio de Tres Cerritos.
Para viajar a este destino realice su reserva apartir de Marzo 2017 - Puntos de Salidas
Más información de Salta
En esta provincia la aventura encuentra un oasis para desafiar cualquier expectativa: trekking, cabalgatas en los valles, tirolesa, rappel o bungee-jumping sobre el Dique Cabra Corral, rafting en los rápidos o parapente en la Cuesta del Obispo, son sólo algunas opciones en oferta.
Desde el encanto de La Puna con pueblos como Tolar Grande de valioso legado cultural, ó San Antonio de los Cobres, donde el tiempo parece detenido hasta que pasa el Tren de las Nubes, se puede intercambiar sonrisas con los pobladores, gente que se adapta a las inclemencias de un clima seco y frío a más de 4.000 m. de altura. Salta es una bellísima ciudad activa de estilo colonial bien preservado, que alberga Peñas Folklóricas, el Museo de Alta Montaña (que relata la expedición donde se hallaron los famosos niños incas momificados en el volcán de Llulliallaco) y los nuevos circuitos gastronómicos, especiales para los amantes de la cocina criolla y andina. La cultura del gaucho salteño, las estancias, sus parques nacionales de gran belleza y la zona de los Valles Calchaquíes son otros recorridos imperdibles: Cachi, Molinos, Seclantás, Cafayate, localidad referente de la Ruta del Vino, que se enmarca entre quebradas de formas misteriosas y colores perpetrados en el infinito. Se reconoce a la región por el carácter definido de sus vinos de altura y por gestarse entre los viñedos más elevados del mundo (de 1.700 a 3.000 metros sobre el nivel del mar). Las bodegas, la gastronomía andina, la hotelería boutique y la vinoterapia, son claros fundamentos para no perderse la visita a la provincia de Salta
Cafayate corazon de los valles calchaquis
Tierra del vino de altura, aquí la vida transcurre pintada de colores: el verde de los viñedos, el rojinegro de los ponchos, el rojo de las piedras.
De cielos límpidos y soleados, Cafayate, corazón de los Valles Calchaquíes salteños, es la tierra del vino de altura. Aquí las uvas maduran lenta y sabiamente, bajo la mirada y supervisión de los bodegueros, para ofrecer vinos de calidad. Alrededor de esta actividad, la vida transcurre tranquila y favorece el encuentro de lugareños y turistas. Frente a la plaza, los artesanos ofrecen sus trabajos de alfarería y platería, tejidos en lana y los típicos ponchos salteños. Las guitarras suenan en los festivales y peñas –hermosa resulta en el verano la Serenata a Cafayate-, mientras los cocineros preparan platos típicos (imperdibles las empanadas). En las afueras, los cerros ofrecen vistas panorámicas del valle, los ríos esconden cascadas sorprendentes y el tiempo realiza un inclaudicable trabajo de erosión sobre las rocas.
A Cafayate se llega, desde la ciudad de Salta, por la Ruta Nacional 68 en un recorrido de 183 km. Unos 50 km antes del ingreso a la cuna del vino salteño, el camino sorprende al viajero con el paisaje de la Reserva Natural Provincial Quebrada de las Conchas. El capricho del tiempo y la erosión lograron aquí formaciones rocosas que semejan figuras animales –como el Sapo- o humanas –como el Fraile-. También, imponentes Castillos Colorados, un Anfiteatro Natural de maravillosa acústica y la Garganta del Diablo, una inmensa pared circular de 50 metros de altura. Sin dudas, algunas de las postales más lindas del noroeste argentino.
Al llegar a Cafayate el viajero se encuentra con la localidad turística más importante de los Valles Calchaquíes. Caminar por sus calles, sentarse bajo los árboles de la plaza, recorrer el Mercado Artesanal, degustar delicias norteñas y hacer una visita a las bodegas de la zona y al Museo de la Vid y el Vino son algunas de las actividades sugeridas. Luego, las opciones se abren a diferentes intereses. Una de ellas es tomar el sendero que conduce a San Isidro, donde hay cuevas con pinturas rupestres. También se puede realizar una caminata a la vera del río Colorado -que se aconseja hacer con guía y que requiere de un buen estado físico- para descubrir sus múltiples cascadas. O recorrer los médanos, pequeñas montañas de arena blanca que cambian constantemente de forma y que, bajo la luz de la luna, tienen una belleza muy especial.
Desde Salta se puede viajar hacia Cafayate en vehículo particular, en ómnibus o contratar una excursión. Llegar hasta Cafayate, recorrer el pueblo y sus alrededores lleva un día entero. Se pueden contratar excursiones para recorrer los distintos atractivos, realizar cabalgatas o alquilar bicicletas.
Paseo por la ciudad de salta
Un recorrido para descubrir, con ojos y oídos atentos, las pistas de la riqueza histórica de una de las urbes más intensas del Norte argentino.
Ubicación de la Provincia de Salta
Ubicada estratégicamente en el corazón del noroeste de la Argentina, la ciudad de Salta es un epicentro turístico de primer nivel por su cercanía con los más importantes atractivos de la región. En sí misma, la ciudad es encantadora. Fundada en 1582, conserva una arquitectura de carácter colonial enmarcada por cerros, y es ideal para conocer una parte importante de la historia y la cultura del país.
En el centro de la ciudad, la Plaza 9 de Julio es el lugar desde el que parte toda recorrida. Aquí se concentran los principales edificios históricos. Entre ellos, la imponente Catedral, donde descansan los restos del Gral. Martín Miguel de Güemes, referente salteño de las gestas de la Independencia. Enfrente se levanta el Cabildo, donde hoy funciona el Museo Histórico del Norte. Muy cerca se encuentra la Iglesia de San Francisco, uno de los templos católicos más bellos del Norte; construido en el año 1796, combina detalles ornamentales de estilos barroco, academicista italiano y neoclásico. Otro imperdible es el Convento de San Bernardo, cuyo portal de madera fue tallado por aborígenes de la zona. En los alrededores de este circuito abundan locales de artesanías y regionales, bares y restaurantes que ofrecen delicias gastronómicas típicas.
El Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) es uno de los sitios imperdibles de Salta. Conserva un valioso patrimonio arqueológico que da cuenta de la presencia inca en el Norte de la Argentina: los Niños del Llullaillaco, hallados conservados por el frío en la cima del volcán homónimo a 6.700 m.s.n.m. Ofrendados en sacrificio ritual hace más de 500 años, junto a un ajuar de oro, plata y tejidos, el santuario incaico más alto que se conoce hasta el momento es impactante (el frío mantuvo los cuerpos congelados y los objetos intactos). Además, el MAAM propone un recorrido envolvente y original que hará de esta visita un recuerdo inolvidable.
En una hermosa casona del siglo XVIII Salta tiene su Mercado Artesanal. Aquí se pueden encontrar a algunos de los mejores artesanos de la región y adquirir piezas de alpaca, cestería, madera, cuero, tejidos, pintura, prendas de vestir, cerámica y artesanías varias. Una buena manera de conocer parte del legado cultural del Norte argentino.
Desde la cima, el cerro San Bernardo regala la mejor panorámica de la ciudad. Hay diferentes vías de ascenso: a pie, en automóvil o en teleférico
Peñas folkloricas
Cuando la luna asoma sobre Salta, las zambas resuenan en locales donde las mesas se visten de empanadas y vino. Entre cantos y danzas, la ciudad enamora.
Las peñas de Salta son un imperdible. En una noche se pueden probar los platos típicos –a base de maíz, condimentados con pimientos de los valles, carne de vaca y cordero- y conocer la cultura musical de buena parte del noroeste argentino. El clima es alegre y amable. Las cenas se acompañan con espectáculos en vivo con la presentación de músicos y bailarines.
Cuna de grandes compositores, Salta es un importante polo musical del país. En la zona de la antigua estación de trenes, en la calle Balcarce, se concentra buena parte de la oferta turística de peñas, junto a restaurantes y pubs. Aquí se privilegia brindar espectáculos típicos. Pero también hay otras peñas destacadas, más frecuentadas por los locales, en los alrededores de la ciudad. Aquí se observa la búsqueda de una nueva estética musical.
En todos los casos, primero se oye el rasguido de una guitarra, el repicar de un bombo. Luego la voz clara, potente, del cantor popular, las palmas de los bailarines y del público que acompañan los inicios y los intermedios de cada pieza, el taconeo de las botas de los gauchos durante el zapateo. La mirada se pierde entre el ir y venir de los bailarines, entre los pañuelos que se agitan con gracia por encima de las cabezas. Animarse a ensayar algunos pasos de baile, acompañar la velada con platos regionales y excelentes vinos salteños, liberar la risa y aguardar, sin apuro, al amanecer, son los condimentos que hacen de las noches salteñas una propuesta tan alegre como seductora.
Cultura andina
Pueblos de adobe. Ruinas de ciudades prehispánicas. Antiguas iglesias. Horizontes inabarcables. Desiertos rojos y espejos de sal. La Puna, una tierra de contrastes.
Un viaje a la Puna –territorio que se extiende hacia el noroeste de Salta y que sirve de frontera con Chile y Bolivia- permite conocer a las culturas del altiplano y experimentar una naturaleza virgen, prácticamente desierta. Magníficos desiertos rojos y espejos de sal. Horizontes inabarcables, en los que se distinguen volcanes y picos nevados de más de 6 mil metros de altura. Una altiplanicie apenas salpicada por pequeños pueblos de casas de adobe, en los que sus habitantes mantienen una cultura ancestral. La Puna es una tierra de contrastes. De montañas de nieves eternas que ayer fueron sagradas y que hoy atraen a los amantes de la aventura. Una combinación ideal entre naturaleza extrema y cultura hospitalaria, una experiencia viajera imborrable.
A 165 km de la ciudad de Salta –por un camino 85% pavimentado y en muy buen estado de ripio el resto- se llega al más importante de los pueblos de la Puna salteña, San Antonio de los Cobres, parada obligada del Tren a las Nubes, una de las formaciones ferroviarias más asombrosas del mundo. Transitando un camino paralelo al del Tren, se puede contemplar la perfecta obra de ingeniería y su punto más álgido: el Viaducto La Polvorilla. Antes de llegar a San Antonio, en Alfarcito, poblado de la Quebrada del Toro, puede visitarse una auténtica feria agro-artesanal. Y en Santa Rosa de Tastil, a unos 3.100 m.s.n.m. se encuentra el Sitio Arqueológico Tastil, una importante ciudad preincaica.
A 65 km de San Antonio de los Cobres, los caminos de la Puna conducen a otro lugar de impactante belleza: las Salinas Grandes. Un extenso territorio blanco que contrasta con el azul profundo del cielo. Los piletones que preparan los salineros para la extracción de la sal, con sus aguas increíblemente celestes, le dan una cuota extra de belleza al paisaje. Las Salinas son un sitio ideal para la toma de fotografías. Se pueden recorrer en vehículos 4x4 y es recomendable llevar lentes de sol para evitar el reflejo. En el trayecto que une San Antonio con las Salinas varios parajes familiares, como El Mojón de la familia Llampa, invitan a ser parte de un turismo de tipo vivencial: aquí se puede almorzar con los hombres y las mujeres de la Puna y conocer cómo es su vida en tan particulares paisajes, entre un invernadero de altura, corrales de llamas y ovejas y un pequeño museo regional único en su tipo.
Otra opción para conocer la Puna es, desde San Antonio de los Cobres, partir rumbo oeste hacia el pequeño poblado de Tolar Grande. Son cerca de 200 km de caminos de ripio y paisajes de ensueño, que atraviesa salares y planicies de intenso color rojo. Hay varios circuitos a los que se accede en 4x4 o a través de senderos, todos conducen a sitios maravillosos: Ojos de mar, una montaña sagrada que se levanta inexplicablemente en medio de un salar (el Cono de Arita), El Túnel del Hombre Muerto, El Arenal, la Laguna Santa María, en la que se encuentra una colonia de flamencos rosados. En esta región inhóspita de los Andes, los volcanes y cumbres nevadas de más de 6 mil metros de altura son un desafío para los andinistas. En estos picos, venerados ya por los incas, se encontró el santuario más alto del mundo. En la cima del Volcán Llullaillaco fueron hallados los cuerpos congelados de tres niños ofrendados en sacrificio durante el apogeo del Imperio Inca (Actualmente en exhibición en el Museo de Arqueología de Alta Montaña de la ciudad de Salta).
Los pueblos de la Puna conservan sus costumbres ancestrales, típicas de la cultura kolla. Sostienen un sincretismo religioso en el que conviven a la perfección las ceremonias católicas con los ritos sagrados de sus antepasados: se venera tanto a los santos como a la Madre Tierra, a la que llaman Pachamama. En San Antonio de los Cobres y en Tolar Grande, los artesanos realizan tejidos con agujas de espinas de cardón y peines de hueso; como materia prima, utilizan la lana de llamas y ovejas que crían en la zona; y como motivos, los antiguos diseños andinos. Los habitantes de la Puna, de pieles curtidas por el sol y por un clima inclemente, reciben a los viajeros con amabilidad y comparten su cultura con una oferta interesante, y en franco crecimiento, de turismo comunitario.
IMPORTANTE: La visita a San Antonio de los Cobres y Salinas Grandes lleva un día entero. Quienes quieran llegar a Tolar Grande deberán contemplar una travesía de más de un día. Las excursiones en vehículos 4x4 parten desde la ciudad de Salta y desde San Antonio.
Salta de aventura
Ríos que corren turbulentos. Montañas de nieves eternas. Amplios territorios desérticos. Selvas y cascadas. Escenarios ideales para viajeros aventureros.
En Salta, la naturaleza te desafía a vivir aventuras inolvidables. Enfrentarse a los rápidos del río Juramento, remo en mano y trabajo en equipo. Asomarse al abismo en Cabra Corral, sentir la adrenalina en el salto en bungee jumping. Cruzar uno de los diques más grandes de la Argentina a pura velocidad. Recorrer las altas cumbres de la Cordillera de los Andes. Cabalgar por las huellas de los gauchos. Recorrer desiertos inabarcables en la Puna. Atravesar senderos de montaña en four truck, en 4x4 o a pie, para detectar algunas de las 654 especies que hacen que Salta sea la provincia con mayor diversidad de aves de todo el país.
A 68 km de la ciudad, el Dique Cabra Corral es un lugar imperdible para los amantes de los deportes náuticos y extremos. En este espejo de agua en forma de “Y”, rodeado de cerros, se practica navegación a vela y esquí acuático, kayak y recorridos en motos de agua. También es un buen lugar para la pesca deportiva. Para quienes buscan adrenalina en estado puro, aquí se practica bungee jumping (solo apto para valientes), rappel y tirolesa.
Un poco más allá del Dique Cabra Corral, a unos 90 km de Salta, se encuentra el río Juramento, lugar ideal para la práctica del rafting durante todo el año. Los aventureros se lanzan aquí a sortear los rápidos de dificultad II y III (torrente medio). Durante el recorrido –que dura alrededor de 2 horas- se pueden observar algunos restos fósiles. En la zona del cañón del río también se practica canopy.
La geografía de Salta invita a los amantes del montañismo y el trekking de altura a descubrir las altas cumbres de los Andes. A recorrer en bicicleta sus quebradas y cuestas. A atravesar los desiertos y salares de la Puna en travesías 4x4 y a dejarse llevar por los senderos de la inmensa variedad de paisajes del Norte.
IMPORTANTE: Para la mayor parte de estas actividades no se requieren aptitudes ni conocimientos específicos. Es recomendable contratar siempre a prestadores y guías autorizados.
La vuelta a los valles calchaquíes salteños
Un camino que sube y que baja por las montañas, que cruza ríos y atraviesa rectas interminables e inquietantes cornisas, que descubre a su paso pueblitos encantadores.
La entrada norte a los Valles Calchaquíes es toda una experiencia. Un viaje por paisajes naturales y culturales donde se descubren lugares de gran belleza: imponentes postales del Norte argentino.
La Ruta Provincial 33 sale de la ciudad de Salta, atraviesa el Valle de Lerma y la Quebrada de Escoipe y sube luego por la Cuesta del Obispo, el tramo más difícil pero a la vez el más bello del trayecto. A lo largo de esta cuesta hay miradores desde los que se obtienen vistas únicas, ideales para tomar fotografías. Piedra de Molino, a 3.600 m.s.n.m., es una parada obligada. Pasada la cuesta y el Valle Encantado se entra en la Recta del Tin-Tin, cuyo trazo –increíble- se remonta a tiempos incaicos; aquí el camino atraviesa el Parque Nacional Los Cardones (un Área Protegida de 65 mil hectáreas de desértica belleza, donde se pueden encontrar ejemplares de cardones de hasta 3 metros de alto que, se calcula, tienen entre 250 y 300 años). Ya en el tramo final de este recorrido se accede a Payogasta, el primero de los pueblos de los Valles Calchaquíes salteños, y se toma la Ruta 40 para llegar hasta Cachi. Este trayecto se puede hacer en vehículo particular o en excursiones que salen desde la ciudad de Salta y que llevan todo el día. También hay transporte público, pero requiere pasar una noche en Cachi y, además, no permite detenerse en sitios de interés y miradores a lo largo del camino.
En Cachi, el tiempo se detiene. En sus callecitas adoquinadas, en el patio de alguna de sus casitas blancas, entre las campanas de la antigua Iglesia Parroquial (Data del siglo XVIII), bajo la sombra del molle centenario, el tiempo se ha dormido. Y uno anda por Cachi sin tiempo, conversa con sus cordiales pobladores, descubre mil y una especias, de todos los colores y aromas posibles. Y, con la tranquilidad que transmiten los cerros y los ríos, se encuentra con una cultura profundamente ligada a la tierra. En los alrededores de Cachi se pueden visitar los sitios arqueológicos La Paya y Las Pailas, este último ubicado en un lugar de enorme belleza, a los pies del imponente Nevado de Cachi (6.380 m.s.n.m.). Allí donde habitaron culturas antiguas, hoy los amantes del montañismo encuentran un desafío irresistible. En Cachi Adentro, a 7 km de la plaza central, puede conocerse el estilo de vida de los productores rurales y recorrer la belleza paisajística de El Algarrobal.
Con un gran desarrollo en la oferta de servicios, Cachi cuenta con hoteles boutique y restaurantes de primer nivel.
La naturaleza cercana: quebrada de san Lorenzo y la caldera
A pocos minutos de la ciudad de Salta, opciones para respirar el aire puro de la selva montana y descubrir sitios de belleza histórica.
A solo 10 km de la ciudad de Salta, en el Valle de Lerma, se encuentra San Lorenzo. Una otrora villa veraniega que hoy es el lugar de residencia de quienes eligen vivir cerca de la ciudad, pero mucho más cerca aún de la naturaleza. Esta localidad ubicada en las laderas verdes de los cerros tiene un perfil de casonas con enormes jardines, calles arboladas y mucha tranquilidad. En los alrededores de la villa se despliegan varias reservas naturales, entre ellas la Quebrada de San Lorenzo. Un santuario natural que se puede recorrer de diversas maneras: a través de cabalgatas, trekking, mountain bike y four truck, siempre en compañía de guías autorizados y, por supuesto, cámara en mano.
Adentrarse en la naturaleza permite descubrir las especies vegetales y animales de la selva, refrescarse en las aguas claras de los ríos, oír el canto de los pájaros y encontrar miradores desde los que se obtienen panorámicas de San Lorenzo, de la ciudad de Salta y del Valle de Lerma. Hay circuitos de distintas dificultades y extensiones. También se pueden contratar cabalgatas de una hora, de medio día, de día completo o incluso de hasta 3 días. Los senderos de trekking requieren un mínimo de 3 horas para recorrer la Quebrada y otras interesantes propuestas, que incluyen llegar a cascadas de hasta 20 metros y lagunas que se encuentran arriba de los 2.000 m.s.n.m. Las opciones de mountain bike van desde circuitos de 2 a 7 horas de duración; mientras que los recorridos en four truck oscilan entre 1 y 4 horas de duración. Cada viajero encontrará aquí una opción a su medida. La localidad de San Lorenzo cuenta además con una muy buena oferta de servicios gastronómicos y de alojamiento.
A poco más de 20 km de Salta capital, hacia el norte, en el límite con la provincia de Jujuy, la belleza de la naturaleza se funde con la historia en un poblado del siglo XIX: La Caldera, sitio de paso estratégico en el antiguo camino del Alto Perú. Enmarcado por verdes cerros, se distingue aquí la imagen monumental de un Cristo de 28 metros de altura. En los alrededores, el Dique Campo Alegre invita a disfrutar de los deportes náuticos y la pesca.
Los pueblos de la Puna conservan sus costumbres ancestrales, típicas de la cultura kolla. Sostienen un sincretismo religioso en el que conviven a la perfección las ceremonias católicas con los ritos sagrados de sus antepasados: se venera tanto a los santos como a la Madre Tierra, a la que llaman Pachamama. En San Antonio de los Cobres y en Tolar Grande, los artesanos realizan tejidos con agujas de espinas de cardón y peines de hueso; como materia prima, utilizan la lana de llamas y ovejas que crían en la zona; y como motivos, los antiguos diseños andinos. Los habitantes de la Puna, de pieles curtidas por el sol y por un clima inclemente, reciben a los viajeros con amabilidad y comparten su cultura con una oferta interesante, y en franco crecimiento, de turismo comunitario.
IMPORTANTE: La visita a San Antonio de los Cobres y Salinas Grandes lleva un día entero. Quienes quieran llegar a Tolar Grande deberán contemplar una travesía de más de un día. Las excursiones en vehículos 4x4 parten desde la ciudad de Salta y desde San Antonio.
Fiestas y celebraciones en la quebrada de humahuaca
Encuentros signados por el sincretismo y la singularidad. Términos que definen la atractiva cultura religiosa de los pueblos de la Quebrada.
10.000 años de cultura viva impulsaron a la UNESCO a declarar a la Quebrada de Humahuaca Patrimonio Mundial de la Humanidad en la categoría Paisaje Cultural. 10.000 años de expresiones culturales que son refugio de tradiciones originarias, de costumbres ancestrales y de celebraciones religiosas.
En esta tierra milenaria, el culto a las divinidades ancestrales -la Pachamama, el dios Sol- conviven con las celebraciones del santoral católico en auténticas fiestas populares: carnavales bulliciosos, alegres encuentros de artistas, emotivas peregrinaciones. En una celebración permanente de la vida misma, niños, adultos y ancianos se reúnen al pie de los cerros de colores y recorren las calles entre música, sabores, bailes y oraciones.
Los pequeños danzan entre cintas de colores en las esquinas del pueblo adorando al niño Jesús durante las celebraciones navideñas. En enero la música y el canto llenan de color las callecitas de Tilcara para vivir una de las más tradicionales festividades folklóricas del Norte de la Argentina: “El Enero Tilcareño”. En el mes de febrero, las máscaras invitan al antiguo ritual del Carnaval. Para el tiempo de la Semana Santa, la música de los sikuris llega como en procesión, bajando desde los cerros. Del interior de las iglesias salen a la calle las imágenes de las santas patronas: vírgenes que los pueblos originarios veneran. Resulta imposible no sumarse al aplauso popular. Cuando el invierno comience, el dios Sol también tendrá su fiesta: “El Inti Raymi”. Llegará luego un nuevo tiempo de cosecha; será entonces el momento de agradecer a la Madre Tierra. En el mes de agosto, la “Virgen de la Asunción” tendrá su festividad en Casabindo, en la región de la Puna, con el particular “Toreo de la Vincha”. Durante todo el año, la provincia de Jujuy, agradecida, es fiesta pura.
En la Quebrada de Humahuaca, como en toda la provincia de Jujuy, un nutrido calendario de festividades religiosas da cuenta de la raigambre de la fe católica en el pueblo del lugar.
-Adoración del Niño Jesús
Desde la Nochebuena y hasta el día de Reyes, pesebres comunitarios de tamaño real esparcidos por toda la Quebrada resultan una fiesta de adoración y culto en la que los niños quebradeños participan entonando villancicos.
-Enero Tilcareño
Una imperdible muestra de cultura y tradición comienza el sábado siguiente a la celebración de Reyes y se extiende hasta el final de enero en la localidad de Tilcara. Incluye bailes, copleadas, conferencias, exposiciones plásticas, presentaciones literarias, competencias deportivas, juegos recreativos y peñas que -con música y chicha- se mantienen abiertas todas las noches del mes.
-Encuentro de copleros en Purmamarca
El segundo sábado del mes de enero llegan a Purmamarca desde todos los pueblos de la Quebrada, pero también desde la Puna y hasta desde los Valles, copleros y copleras que alrededor de una enorme rueda humana van echando coplas plenas de poesía, humor y denuncia. Se destaca el contrapunto, competencia mano a mano entre dos copleros. Comienza temprano y puede durar hasta la madrugada.
-Carnaval
Una de las celebraciones más típicas, coloridas y entusiastas de toda la Quebrada. El Carnaval del Norte es ¡imperdible! Una semana antes de la Cuaresma y en coincidencia con el comienzo del tiempo de la cosecha, se sucede esta milenaria fiesta pagana llena de fantasía, música y color. Aquí, el carnaval español se fusionó con costumbres milenarias y rituales destinados a celebrar la fecundidad de la tierra. Las máscaras utilizadas en las comparsas aseguran el anonimato de los participantes que coronan sus cabezas con flores de colores. Ramitos de albahaca fresca regalan ‘los diablos del Carnaval’ a todos los presentes.
-Semana Santa
Declarada de Interés Nacional, la Semana Santa se vive con especial devoción en todos los pueblos de la Quebrada, pero se destaca en las localidades de Tumbaya y Tilcara. En la primera, el miércoles anterior al Domingo de Ramos miles de peregrinos ascienden 3570 m.s.n.m. hasta el santuario del Abra de Punta Corral para venerar a la Virgen de Copacabana, a la que el domingo siguiente acompañan en procesión hasta la iglesia de Tumbaya. En tanto, en Tilcara, las celebraciones comienzan el Miércoles Santo cuando una larga procesión llega hasta el pueblo trayendo consigo la imagen de la misma Virgen acompañada por las bandas de sikuris. A su paso suenan sikus, bombos, quenas y tambores que tocan marchas y cantatas religiosas casi sin parar. El Viernes Santo, las calles de Tilcara lucen en sus esquinas las Ermitas, enormes murales confeccionados con flores, hojas y semillas que representan las estaciones del Vía Crucis.
-Celebración del Inti Raymi
En Huacalera, a 100 km de la ciudad de San Salvador de Jujuy, un monolito sobre el Trópico de Capricornio es postal fotográfica obligada para todos los viajeros. En los alrededores de ese mismo monolito, los quebradeños celebran cada año, en la madrugada del 20 al 21 de junio, durante el solsticio de invierno, la fiesta del Inti Raymi, una antigua celebración tradicional aymara para recibir el nuevo ciclo agrícola.
- Toreo de la Vincha - Fiesta Patronal en Honor a la “Virgen de la Asunción”
En Casabindo, en la región de la Puna, a 55 km de la Ruta Nacional 9 que atraviesa la Quebrada de Humahuaca, se desarrolla cada 15 de agosto una muy particular celebración en honor a la Santa Patrona del lugar, “la Mamita”, como la llaman los lugareños: el “Toreo de la Vincha”, única corrida de toros incruenta de Sudamérica, conserva la esencia inalterable de las antiguas lidiadas con la premisa de no lastimar al animal expuesto en la faena.
-Procesión de Santa Rosa de Lima en Purmamarca
Cada 30 de agosto, día de Santa Rosa de Lima, patrona de América Latina, se realiza en Purmamarca una peregrinación por las calles. La imagen de la Santa Patrona, realizada en el Perú en madera tallada, data de fines del siglo XVII y encabeza a un numeroso grupo de fieles que, acompañados por las bandas de sikuris, llegan especialmente para la ocasión desde los pueblos de toda la región.
-Adoración de la Pachamama
Divinidad milenaria, ‘la Pacha’ es ofrendada cada 1 de agosto con comida y bebida en una ceremonia ancestral que preside el más anciano de los pobladores de cada pueblo. La ceremonia se realiza usualmente al mediodía y se extiende hasta que caen los primeros rayos de sol. En los costados de los caminos, en lo alto de los cerros y en los jardines de las casas se confeccionan con piedras ‘apachetas’ en cuyo interior se entierran las ofrendas a la Madre Tierra. Este culto es uno de los más sentidos, tradicionales y respetados de toda la región Norte. No es un espectáculo. Para participar de la ceremonia a la Pachamama el viajero debe ser muy respetuoso.
-Culto a las Almas Inocentes
Cada 2 de noviembre, las almas de los difuntos son homenajeadas en la Quebrada con coronas de flores multicolores confeccionadas en papel brillante que se depositan en los cementerios de altura, junto a los platos preferidos de los difuntos que se entregan como ofrendas.